CIC Colectivo La silla

CIC Colectivo La silla
Chile

domingo, 20 de abril de 2008

HASSAN EL-OUAZZANI - Marruecos

Antónimo

Tu camino
es espinoso.
¿Qué has hecho de la noche
para que se vuelva tan luminosa
de la mañana para que sea tan oscura
de ti para que seas tan diáfana
absolutamente
como el principio
de abril?


La nada

Alcanzarte
por el amor
lleva a la perdición

Alcanzarte
por otro camino que el amor
también lleva a ti

Deja
Entonces
la cosas tales como son
Tu silencio cerca de mi murmullo.

Los profetas excluidos del paraíso.
Sobre
mi balcón
la nada.


Distancia

¿Qué es lo que nos aleja?
El niño que fui. El viejo que seré.
Mi silencio que tú cansas.
La palabra,
la palabra.

¿Qué es lo que nos aproxima?
Tu lejanía cautivadora.
Nuestra fascinación por lo que vendrá.
Mi romanticismo cojo.
Nuestro desvío hacia lo alto.
La mañana,
la mañana.


El vacío

Mi cuerpo no ha cedido
Soy yo el que está cansado.
Alrededor de mí una infancia no vivida.
Una vejez que me hace cumplidos.

Encima de mi cabeza un cielo que juega con la muerte.
No he cedido.
Mis pasos tropiezan.
Sobre mi hombro el aire que llena el pecho de Leila,
la noche que no dibuja los contornos de Leila,
y la lluvia que no moja los cabellos de Leila.
Sobre
mi hombro
el vacío.


Samurai

Yo soy así.

Ofrezco mi amistad a los muertos
Cuando celebras la vida.

Llevo la noche sobre mi espalda
Cuando te extiendes en el alba.

Celebro la nieve cuando el sol
de agosto te ilumina.

Tengo fuerte la mano de los ahogados
cuando la nada me sumerge.

Hago guerras para volverme un héroe
Invento
otras
para ser un mártir.


Biografía

No le he prestado demasiada atención
A la vida.
Aprendí de memoria el Corán
para olvidarlo a los veinte años

Leí el libro de arena
y olvidé leer las líneas de la muerte sobre mi propio hombro.

Visité el Edén. El Atlas.
El desierto. Las ciudades de la tierra.
Pero
olvidé
visitarme a mí mismo.

Traducción de Hossain Bouzineb

Breve reseña

Hassan El-Ouazzani nació en Marruecos en 1970. Es miembro de la dirección de la Casa de la Poesía en Marruecos, y de la Unión de Escritores de Marruecos. Su libro Trust, publicado en Rabat, en 1997, ha sido considerado por la crítica como uno de los principales libros de poemas surgidos de la nueva generación de poetas marroquíes; entre otros, publicó el libro Tregua.

IBRAHIM NASRALAH -JORDANIA

La mano

Es la mano
La bella rama del día
Floreciendo con dedos
Suave como el arrullo de la paloma
Que ni atrapa el viento,
Ni arresta el agua.
Pero se aloja en el espacio
Y abraza la tierra
De la flor salvaje
Al árbol de palma.
Es la mano
la que nos conforta en nuestra fractura,
Nos consuela cuando lloramos,
Nos da solaz en nuestro cansancio.
Es la mano
El milagro del sueño
La leyenda de la creación
Las columnas de luz
O un manojo de ascuas
Que vivifican o menguan.
Es la mano
Un campo, y un ramillete de canciones infantiles,
Y un planeta.
La mano no es un libro, o líneas.
No escrutes los detalles
No leas su silencio

Ni sus contornos
No encontrarás nada.
Todas las líneas que la han invadido
Todas las curvaturas
Son nuestras culpas
De las primeras aberraciones
Al advenimiento de la miseria.
Es la mano
No la leas
Lee lo que escribirá
Lee lo que hará
Y levántala
Levántala
Hasta que se haga un cielo


Días

El primer día
sostuve mi mano mientras dibujaba un ataúd
Entonces me enviaron una corona
Al segundo día
Sostuve mi mano al dibujar una flor
Entonces me enviaron un ataúd
Al tercer día grité a plena voz
Quiero vivir
Entonces me enviaron un asesino

La muerte

En tiempos de mi abuelo
La llamaban: Turquía
En tiempos de mi padre: Gran Bretaña
Nosotros la llamamos: Estados Unidos de América
hemos hecho mucho entonces
Al menos sabemos lo que es,
Para que nuestros niños no malgasten sus vidas
¡Buscando su nombre!


Traducciones de Raúl Jaime Gaviria

BREVE RESEÑA

Ibrahim Nasrallah Amman, Jordania, 1954. Poeta, novelista, profesor, periodista, pintor y fotógrafo. Ha publicado 10 libros de poesía, siete novelas, y dos libros para niños. Entre otras, sus obras publicadas son: Horses are Overlooking the City, 1980; The Last Dialogue a Few Minutes Before the Killing of the Sparrow, 1984; The River Boy and the General, 1987; Storms of the Heart, 1989; The Fox’s Scandal, 1993; Verandahs of Autumn, 1997; The Book of Death and the Dead, 1998; In the Name of the Mother and the Son, 1999; Mirrors of Angels, 2001. Recibió el reconocimiento The Arrar Prize, 1991; The Sultan Oweis Prize, 1987 y The Al-Uweis Literary Award, el premio más prestigioso para poetas en lengua árabe.

SAADI YOUSEF - IRAK

El lenguaje del ave totano

Cuando dijimos: nos hemos alejado de las palmeras, los mares aplaudieron con pájaros y olas. Había un cielo celeste bajo nuestras pestañas. Lo imposible no ha de ser el camino a la taberna de la orilla. La camisa que palpitaba al viento era nuestra enseña de estrellas. Nos aproximamos a la fantasía hasta rozar el pórtico y su copa, y tendimos el tapiz de las acequias para congratularnos con la noria.

No es justa la tierra, trasnochemos con las preguntas del mar en la noche y al alba anclemos los puertos. Todavía hay escarcha en los atracaderos y los cafés se adornan orgullosos con ropajes de peces saltarines y de redes. El musgo todavía reverdece sobre la roca y la copa tiene café con alcohol. En la lejanía, en una oscura llovizna, aparecen las barcas de pesca y en las cercanías, un gorro que flota.

No nos acostumbramos al mar. Aquellos desiertos nos hacen señales en la sangre como pañuelos. En el sosiego del sueño despiertan para poblar nuestros sueños y dicen: ¿Hacia dónde es esa huida? Por sorpresa vislumbramos una caravana de camellos que caminan sobre el agua, oímos los cascabeles, pero nos refugiamos en la quietud de la fantasía y después nos enrollamos el manto como un turbante. Somos marineros con turbantes. Camelleros en los mares. Un duro retiro.

¡Dios de los arrabales! Nos has conservado el lenguaje del ave totano, y el grito del pájaro: ¡shilú! ¿Por qué en un instante se transforman las ciudades en una nube?

¡Dios de los arrabales! ¿Es mucho pedir tener una casa? A los animales salvajes les has otorgado el derecho al sueño cuando cae la noche, a las plantas les has concedido la languidez, y a los pájaros, la calma del bosque en la bendición de la tarde. Padre mío, Dios de los arrabales, tenlo presente, no te has equivocado.

Hemos envejecido, y nuestros nietos se deslizan unas veces sobre la nieve y otras sobre la arena. Y nuestros hijos son asesinados. Las batallas están perdidas, Dios mío. ¿No podrías impedirlas? Tú eres el Todopoderoso, ¿nos hallamos, pues, fuera de tu poder? Hoy, una cosa, mañana, otra, y pasado mañana... ¿Comienza la oración? Estoy en casa ahora, en un pueblo inglés. Cae la nieve, el gato maúlla y mi vino está en la tinaja.

La tierra es nuestra morada, de nosotros, sus hijos. Se decía: Quien cultive la tierra sacará provecho. ¡Cuánto trabajamos hasta ulcerársenos la piel! ¡Cuánto se cansó la tierra! Quizá huyó aquel ángel, quizá convenció a las criaturas de que rezaran. Nuestro pueblo estaba sobre el agua. Nuestras chozas eran de caña y de barro; nuestras ropas, burdos tejidos. Es la tierra. Pero nuestros gritos estaban en los límites del canto, y nuestras estaturas eran elevadas.

¿Volverá a nosotros la tierra? Di: Volveremos nosotros a la tierra. Las palmeras del firmamento tienen la copa morena, morena, morena. Estrella de las alturas: te quiero, morena. Me hallo aquí, en extraños arrabales. Mi casa no es mi casa. Mi gente no es la gente. ¡Desciende, tarde! ¡Hunde tus copos de nieve, frío, bajo los huesos! La ciudad lanza sus luces desde lejos. Paz a nuestro candil en la oscuridad. Paz a quien responda al saludo.



A unos visitantes occidentales

Nos preguntamos, por Dios, por qué habéis venido hasta nosotros;
somos pobres
y bandoleros
y pescadores de un pez que no satisface nuestras necesidades diarias
y polinizadores de palmeras, a veces.

Nuestras casas son
lana,
o caña,
o barro con techos de hoja de palmera, a veces.

Nuestra ropa
es una,
sin colores,
ni cortes ni formas, sin cinto...
Incluso estamos desnudos, a veces.

Entonces,
por Dios, ¿por qué habéis venido hasta nosotros?
¿Os gustan, de verdad, las palmeras y el desierto?
¿Os gustan las casas de lana,
y nuestra ropa,
y el barro techado?

No nos queda,
a nosotros, los desollados, más que mostrar la blancura de los huesos.

No os damos,
os rogamos...


Visitación

La nieve cae sobre el cactus, luego un llanto y un café, una estrella
y campamentos, la túnica del sacerdote alquilada por lobos.
Zapatos hechos de cuero fino. Cómo se estremecen las tortugas en
las playas de Hadramout? La luna plena gime
desde el fondo del río... y las muchachas gritan
en su arrebato. No necesito una bala. Mi única fortuna
en este mundo es el muro tras mi espalda. ¡Qué verde
el pasto en las estepas de Shahrazour! Vi una soga
suspendida. ¿Dónde está Yousef? Estaba en los mercados
de Timbuktu... y trabajaba. Una noche
un barco nos condujo a través de las hondonadas de Djibouti.

Mogadishu lanza carne de cordero a los tiburones. No tengo
destino. Tengo un gato que últimamente comenzó a
contarme la historia de mi vida. Eternidad, siempre acercándote
¿por qué me has traicionado? Esta
tarde aprenderé a beber la brutalidad de las flores.
¿A qué sabe la traición? Una vez viajé
transportado por mi canción. Rueda el tren con los soldados...
Rodando. Rueda. Rodando. Rueda. Rodando...
La nieve de Moscú entibia mis lágrimas. No hay virtud en los pastores
al asentarse y al prepararse para el viaje.
...Las ciudades disuelven las aldeas con el blandir de un dedo.
Mi pan está hecho de harina de arroz crudo y la sal de mis
peces es ceniza. No hay opción de que sea su amante
esta noche en el dormitorio de las muchachas. No... Los sábados
me cierra ella la puerta. Quemaré los papeles.
El inspector puede llegar. En el tren nocturno me adormecí
entre cadenas. Y la silla de madera era mi avión
estrellado. Ellos cantan para ti, muchacha
de la taberna del puerto. Los forasteros regresaron de
su búsqueda de diamantes. En la piedra de Hejja
las águilas de Hemair descansan. Una vez casi
encuentro al niño-luna en mi palma. ¡Por qué
la gente abandonó el parque? No quiero tu mano.
No me lances tu soga andrajosa. Hoy he descubierto
otro torrente:
Bienvenida a la vida... Bienvenida, mi otra amante.

Amman, 23/3/1997

Traducciones de Raúl Jaime Gaviria

BREVE RESEÑA

Saadi Yousef nació en Basorah, Irak, en 1934. Poeta, ensayista, traductor y editor. Ha publicado 27 libros de poemas desde 1952, entre ellos: The pirate, 1952; Stars and ashes, 1959; Away from the first sky, 1970; Poems of lesser silence, 1979; Collected Works, 1980; Who knows the rose, 1981; Paradise of the forgotten things, 1993; All the wine skops of the world, 1995 and The tavern of the Thinking Moments, 1997. Ha traducido a Walt Whitman, Constantino Kavafis, Federico García Lorca, Giussepe Ungaretti y Wole Soyinka, entre otros. Editor en jefe de AL-MADA, Cultural Quarterly. Otras de sus obras son: Diary of the last exile, 1984; Thoughts in low voice, 1987; When in the heights, 1989; y Triangle of the circle, 1994.

HUDA AL-DAGHFA - Arabia Saudita

La llovizna

En la primera página
arrojo el vacío
para tenderme en sus entrañas.
En la página siguiente
me refugio con un temblor
que son mis letras.
Temo que me afecte su vacío tan sugerente
y me envuelva hasta erigirse en azotea que me abruma.
Lloro sobre sus confines.
Su fe se fortalece
y decide abrazar mi rebeldía.
A lo lejos se agranda
y yo me empequeñezco
en el umbral de su amor.
Amo su condición de madre,
amo la escritura
y me amo,
igual que
A
M
O
Todo lo que en mí tiene temblor.


Vacuidad

Conturbada,
mis palmas, apagadas.
Parece que es de noche aquí.
O será que el rostro se ha nublado
O que el temor del fin ha llegado.
¿Cómo?
¿Qué provocará el pavor terminal?
Mis manos durmieron y
algo dormitó con ellas.
¿Qué viste?
¿Qué es lo que ve el ciego?
Una llama que atrapa la brasa de sus ojos para que el aceite no languidezca,
ramas de olivo incendiadas de secreto,
un fuego sobre las espaldas;
y cuando mis piernas se extienden, sopló.
Mis oídos no durmieron,
observaron, con disimulo
la entrada de algunos parientes
confabulados con las veredas y las sendas.
Y también con los caminantes.
Mis pies se acurrucaron entre las ropas
y, luego,
comencé a diluirme.
Porque no hay niños que me retraten.
Por eso
me
he
Di… suel…to



La carga

Cuando me remito a mis principios
mi pueblo corta los hilos que nos unen.
Exhalo mis suspiros
y enciendo de nuevo la mecha;
y cuando lo veo, a mi pueblo,
en cuyo averno he olvidado todo a cuanto aspiro,
arranco una bandada de alas que vuelan.
Y me preparo,
sí,
me preparo.
Para caer y
seguir cayendo
por siempre.


La raíz

Escribe tu último poema
y cálzalo con tu renuncia;
anuncia tu nueva derrota
y vuelve a empezar, que ese es tu sino.
Escribe tu poema en un deseo,
no temas,
con un bolígrafo
o un lápiz;
habita en él.
No se ha de convertir en un cuadro
cuyos colores habrán de revelar su naturaleza;
extiende, pues, todas tus lágrimas.
Que no haya tinta que las llore contigo.
Recoge lo poco que queda de tu ánimo
Y vuelca en él tu optimismo.
No busques las causas:
Tú eres una de ellas
y también la más ardua.
El dolor de la rebeldía que en ti bulle nunca se acostumbrará a ellos;
El dolor de la rebeldía que en ti bulle nunca dejará de combatirlos;
No te retires,
tus otras vidas,
les proporcionarán, a ellos,
escalas
con las que treparán hasta ti.

Te superarán,
vamos,
no te dejes llevar por la tentación del retorno al origen;
resiste a los niños que hay en ti.
Llévatelos,
no les concedas tregua.
¿Lo harás?
Sé que no.
Despliega la negrura de tu caída
sin hacerla seguir de deseo alguno.
Seguirás retrocediendo
si no eliges un lugar dónde detenerte;
modérate
para que no se te castigue.
O sumérgete
para que no te conviertas en otro.
Seguirás yendo hacia atrás;
escoge un colofón apropiado
y encórvate,
después extiéndete
para formar un círculo que de ti
se compadezca.
Pero sigue así, arqueado,
para luego estirarte.
Rasga tu último poema.
Y con…ti…nú…a

Traducciones de Jona y Tobias Burghardt


Breve reseña

Huda al-Daghfag nació en Magmaa, Arabia Saudita el 4 de octubre de 1967. Poeta, narradora, periodista y profesora. Licenciada en Lengua y literatura árabe en la Universidad de Riyadh en 1990. Es miembro de la asociación internacional de prensa, ha laborado en la prensa saudita y ha sido una activista en pro de los derechos de las mujeres. Durante 5 años consecutivos participó en el prestigioso festival AlGanadriyah de Arabia. También ha representado a su país en festivales poéticos en Bahrein, Omán, Emiratos Árabes, Túnez, Egipto, Jordania y Suiza. En 2004, obtuvo el premio a la mejor actividad poética en Arabia. Ha publicado los poemarios: La sombra hacia arriba, 1993; Nueva pasión, 2002; y El bosque de las mariposas, 2005.

HAMID SKIF - Argelia

HOMENAJE

Mujeres sentadas en los recovecos del tiempo
en los rincones tiernos de la edad
Mujeres sometidas a la corrosión
de las miradas ácidas
de las amenazas susurradas
y rugidas

Mujeres de tierra y agua
palpitantes al primer silbido
de Adán
Los manzanos han desviado sus promesas
y las carretillas ya no toman
los senderos que llevan a los prados

Las cimas veladas se callan
para escuchar las águilas calvas que se afilan el pico
y las hormigas han detenido la caravana en la cresta de
las dunas doradas

Mujeres de cáñamo y hierbas locas
sometidas y vencidas a la primera sonrisa
de la creación

Mujeres de palmeras y fuentes
acorraladas en el golfo de las habladurías
los juegos infantiles han abandonado a la casada
y en vuestros ojos tiembla el fuego alimentado
por las riñas amorosas

Mujeres sentadas en los laberintos de
la pasión cosechada por los gritos del
parto

Mujeres del ayer, del mañana
sobre la tierra maltratada
y adornada por vuestras manos
siempre quedará en alguna parte
una boca para ensalzaros y gritar
con tozuda esperanza que sois
el canto del mundo no consumado

Mujeres soberanas de los tiempos
antiguos y las conquistas futuras
sobre las olas y en los vientos
Llevadas por las chalupas
de vuestros cuerpos molidos
Un día no quedará en esta tierra
más que un hombre para adoraros y
amaros
Será el guardián del paraíso

Eva vive en Palestina
y en el Sahara se detienen las olas
al pie de una mujer desnuda
armada de una sonrisa para desconcertar
a los agentes de la muerte

En cada mujer comienza el mundo
y lo decís tan tranquilamente
en el tono de los graves susurros
que recuerdo haber aprendido de mi madre
los secretos de vuestra búsqueda

¿Dónde estáis pues mujeres de mis deseos
cascos en la tierra perdidos
fragmentos de silencio y heridas abiertas
a mis ojos de niño vestido sólo de vuestras
promesas? En las hojas de cada árbol que crece
y en el asfalto de las ciudades curtidas
habrá siempre para mí
un nombre de mujer inscrito
para no
perder la esperanza


ESPOSADO

A la memoria de Saïd Mekbel

Esposado
Me llevaron

Ese compadre que abofetean
y lo golpean
con una pistola
en la sien

soy yo

Este poema que lees llorando
Eres tú Y que relees de nuevo
Con el rostro adornado de escupitajos
Soy yo

Siempre eres tú el que rechazas
Y soy yo el que lee
estos versos incandescentes
maniatados en su furor

Basura, canalla, hijo de puta
Así aprenderás a componer poemas malos
para hacer reír a las multitudes

No es justo Pues toma este golpe
y otro más
Y ve a decir a los piojosos de tu calaña
que a los polis les gusta la poesía
armada hasta los dientes

Traducciones de Mireya Porta Arnau


Breve reseña

Hamid Skif nació en Orán, Argelia, en 1951. Poeta, dramaturgo y narrador. En 1968 se unió al renombrado Théâtre de la Mer. En 1978 fue laureado por la obra de teatro Une si tendre enfance. En 1979 publicó una antología de poesía argelina en castellano en España: País de larga pena. Algunas de sus obras son: Nouvelles de la maison du silence, 1986; Poemas del adiós, 1997; La princesa y el clown (novela, 1999), El testamento (teatro), Las escaleras del cielo (ensayos) y Pequeñas historias para hacer reír a un caballo.

TANELLA BONI - Costa de Marfil


*
Había entre tanto dos granos de arena
como dos pirámides sublimes separadas por
la inmensidad del desierto rodaban sobre
las rutas del Tiempo el corazón en bandolera
como un bolso de viaje en la misma espalda
izquierda las manos cribadas de poemas
fuera de estación habían recorrido los meandros
de la tierra húmeda de los faraones y ellos
escribían el Egipto de arena en clave de sol sobre
sus pieles de sueños tatuados

*

Los granos de arena rodaban del desierto al
mar en jeroglíficos infinitos en el intervalo
magnífico que separa una mujer y un
hombre como una grieta relámpago punto de
ruptura insondable.

Habían aprendido a codiciarse a
maldecirse a devorarse el uno consumiendo
al otro con placer él marchando sobre los
pies pulverizando su piel de mujer al gran
día bajo el ojo inquisidor del Sol
en el cenit habían aprendido la lección de
lo Prohibido la Ley de la vida inhumana entonces
comprendieron que a la sombra del Sol no hay
nada de nuevo sobre la tierra

*

Ella atravesaba el mar para ir al país un
bebé en los brazos otro sobre el corazón en aquel
tiempo atravesaba el mar azul lleno
de olas furiosas que danzan y danzan sobre
el golpe de trece horas él estaba siempre allí
colgado en alguna parte en un rincón de su corazón
en bandolera que llevaba como un bolso
de mano ella regresaba al país pasando
por la grieta del Tiempo

La isla fumaba palabras de incienso cerca de su
memoria en vigilia palabras azules palabras
las más bellas susurrando de silencio a los huecos
de la noche cómplice de sus confidencias en
espigas ligadas.

*

La emoción llegaba entonces al encuentro
con un cuarto de hora de retraso y ella hacía
la fiesta tocando el tambor liberada de la tutela del tiempo

El día iba a levantarse a izarse en el cenit del
mar como un sol de los grandes días el
día iba a levantarse como de costumbre pero
tuvo la audacia de tomar la diagonal que liga
la noche y el día como un eclipse a mediodía

*

Ella no tiene más nada qué decir cuando se dejen
las palabras le faltarán sus manos vuelan
hacia Neptuno hasta el día próximo que
estallará en su memoria de mujer como
un balazo trueno de un corazón en
pleno sol

Ella ha venido así sin aire de nada
era sin embargo todo una nervadura sobre fondo
verde con sus manos sí sus manos abiertas
como un árbol viajero partió
así como había venido una corriente
de Harmattan las manos desligadas era de fuego
un río una mujer un sol en libertad

L era una letra en mayúscula que tenía
los dedos tan finos dedos –tamiz de las perlas-
lluvia entonces ella comprendió que una mujer
como la lluvia se desplaza con el Tiempo

Breve reseña

Tanella Boni Born in Abidjan, Tanella Boni did her advanced studies in Toulouse, France, and the University of Paris. She became a professor of philosophy at the University of Abidjan, where she also writes poems, novels, short stories, criticism, and children's literature. She served as President of the Writers' Association of Côte d'Ivoire from 1991 to 1997 and organized Abidjan's International Poetry Festival. In 2005, she received the Ahmadou Kourouma Prize for her novel Matins de couvre-feu. Bibliography Labyrinthe (poems), Editions Akpagnon, Lomé, 1984; Une vie de crabe (novel), Nouvelles Editions Africaines du Sénégal, Dakar, 1990; De l'autre côté du soleil (children's story), NEA-EDICEF, Paris, 1991; La fugue d'Ozone (children's story), NEA-EDICEF, Paris, 1992; Grains de sable (poems), Le bruit des autres, Limoges, 1993; Les baigneurs du Lac rose (novel), Nouvelles Editions Ivoiriennes, Abidjan, 1995, réédition Le serpent à plumes, Paris, 2002; Il n'y a pas de parole heureuse (poems), Le bruit des autres, Limoges, 1997 L'atelier des génies (children's story), Acoria, Paris, 2001 Chaque jour l'espérance (poems), L'Harmatttan, Paris 2002; Ma peau est fenêtre d'avenir (poems), Rumeur des Ages, La Rochelle, 2004; Gorée île baobab (poems), Limoges/Ecrits des forges, Trois-Rivières (Québec), 2004; Matins de couvre-feu (novel), Editions du Serpent à plumes, Paris 2005.

WOLE SOYINKA -Nigeria



NOCHE

Noche, tu mano es grávida encima de mi frente
No llevo un corazón mercurial como las nubes
Para arrostrar la irritación de tu sutil arado.

Mujer como una almeja sobre la mar creciente
He visto tu mirada celosa apagar la fluorescencia
Marina, danza en el pulso incesante de las olas.

Y yo quedé de pie, seco, como las arenas, sometiendo
Agua salobre y sangre a marchar a las raíces.
Noche lloviste sombras apretadas a través de húmedas hojas
hasta que, bañada en la tibia difusión de tus células moteadas
Las sensaciones me dolieron, sin rostro
Silenciosas como ladrones nocturnos.

Ocúltame ahora, cuando los niños de la noche encantan
A la tierra, ¡no podría escuchar a ninguno!
Estos llamados neblinosos me desharán todavía;
Desnudo, no invitado, en el mudo nacimiento de la noche.


MUERTE A LA AURORA

Viajero, debes partir
A la aurora y enjugar tus pies sobre
La humedad de nariz perruna de la tierra

Deja que la aurora sosiegue tus lámparas. Y mira
Languidecer el ataque de las espinas ante la luz
Pies algodonosos para disolver en el azadón
Las lombrices tempranas
Ahora las sombras se extienden con debilidad
Ni muerte de la aurora ni triste postración
Esta suave charamusca, suaves engendros desistentes
Rápidos goces y recelos para un
Día desnudo. Barcos cargados se
Someten a la asamblea sin rostro de la niebla
Para despertar los mercados silenciosos -Veloces, mudas
Procesiones por grises desvíos... Sobre este
Cobertor, hubo
Súbito invierno a la muerte
Del solitario trompetero de la aurora. Cascadas
De blancos pedazos de pluma... pero ello decidió
Un rito banal. Conciliación salvajemente
Exitosa, primero
El pie derecho para el júbilo, el izquierdo para el pavor
Y la madre suplicaba, Hijo
Jamás andes
Cuando el camino aguarda, hambriento.
Viajero, debes proseguir
Al alba.
Te prometo prodigios de la santa hora

Presagios como el aleteo del gallo blanco
Perverso empalamiento -Como quien desafiara
Las iracundas alas del progreso del hombre...

Más, ¡semejante espectro! Hermano
Mudo en el sobresaltado abrazo de
Tu invención -Esta mueca de burla
Esta contorsión cerrada - ¿Soy yo?


VIAJE

Aunque llegué al final del viaje,
Jamás sentí que hubiera llegado.
Tomé la carretera
Que sube despacio la cuesta de las preguntas, y que me lleva
Incluso a descender a la tierra que lleva a casa. Yo sé
Que mi carne está limpiamente mordisqueada, perdida
Para el perturbado pez entre las vainas susurrantes-
Yo los dejé atrás en mi ruta

Y así también con el pan y el vino
Necesito la repartición de derrota y carestía
Yo los dejé atrás en mi ruta

Jamás sentí que hubiera llegado
Aunque amor y bienvenida me atrapan en casa
Los usurpadores pasan mi copa en cada
Banquete como en una última cena


DOCE CÁNTICOS PARA EL FANÁTICO

I

Despierta tras un prolongado delirio, jura
Que ha visto el rostro de Dios.
Dios ayuda a todos aquellos cuya fiebre nunca hirvió
O ha bajado.

II

Posado en el campanario de una iglesia, un minarete, una cúpula
Engreído como una misericordia, alegre como las gárgolas
Sobre frontones piadosos, el acólito vampiro
Espera saltar de su infierno privado
Hacia todos los puntos del compás… pero no va a viajar solo.
Su variación en la moneda falsificada dice: Venga conmigo o…
Váyase al… infierno!

III

Anhela con vehemencia una paridad
Más allá del contenido de su cráneo.
Cien mil
Vacuidades de la mente pronto
Son acobardadas bajo la gracia y el poder
De una pluma finísima —sin embargo,
¡Ojo con el mudo! Ojo con el furtivo poder
De la espada del mutante.

IV

El oficio de curar sigue extraños rumbos.
Médico y reservista, busca el sendero letal
Hacia los corazones de los devotos en Jerusalén oriental,
Convierte en cadáveres a los creyentes vueltos
Hacia oriente en devoción —luego apunta el arma
Hacia sí mismo— ¿todavía pisando los talones?
Pues no hay autopsias en la otra vida
Aunque el rigor mortis se asiente sobre el aliento
De la paz.

V

Serían asesinos de todos modos, y en cualquier parte.
Su mundo es una interrupción. De un tirón en la vida
Chupan las tetas de la piedad, brevemente forman
Un largo gusano de muerte. Ojos muertos,
Una humildad muerta, un deseo muerto, una letra muerta,
Una muerta asimetría apropiada
Para un no principio que va rumbo a la muerte.

Estos mentores viven, y prosperan, educan.
Miren su venganza por una muerte viviente
—Valiéndose de encías infantiles pero…
Los dientes les salen en la escuela.

VI

Fue de su propia clase. Clavó
A Yitzak Rabin en la encrucijada del Oriente
Los brazos extendidos hasta las Alturas
De la paz. A través de Suez, el fantasma
De su precursor en la tribuna
Miró la macabra repetición de un rollo conocido.

VII

Ogun llegó cabalgando por las calles
De Jerusalén. Los Escogidos bloquearon su camino
Su saber brillante y metálico era una profanación,
Clamó la tribu errante, guardián ahora
De las calles y senderos, vedadas en días sagrados
Las canciones de hierro y acero, o las vueltas
De un niño en bicicleta, o la cuna de un bebé.

Si hay guerra, negarán la
Ayuda del hierro. Si llega la muerte,
¿Pueden demorar la espada del visitante
Sosteniendo que se trata de una Fiesta Sagrada?

Las manos del zelote Están extendidas para mecer el vehículo errante
Como se mece la cuna de una paz recién nacida.
Las garras del odio y el apretón del fin van
De polo a polo, adoptando
Conversos de todas las creencias. El acto de
Mutilar, de matar, es todo.

VIII

Un dios no nace en una parte, sino en todas.
Pero la secta de Rama rechaza esta sutil distinción:
Santifica el sitio designado, no por piedad sino
Para la disolución de lo tuyo y lo mío, la política del odio
Y un intercambio forzado —la paz por el éxtasis de un momento.
Vuelven una ruina la mezquita, sin dejar piedra sobre piedra,
Usurpadora condenada del lugar de la soñada epifanía
Del Señor Rama. Ahora, una pila de piedras
Usurpa el sueño de la paz: ¿pueden ellos soñar en la paz
En la iconoclasta Uttar Pradesh?

IX

Los mansos heredarán la tierra…
Benditos sean los hacedores de la paz…
Shalom… Shalom… Shalom…
Irosu wonrin, irosu wonrin wonrin…
Shanti… shanti… shanti…
Oom… oom… oom…

Buscan refugios de paz en el fondo del océano,
Honduras submarinas, en mundos perdidos, huecos negros
Galaxias desplomadas, en cuevas de ermitas
En las espesuras de la selva y la inmensidad ártica
Coronas de espinas y cilicios, camas de clavos,
La mejilla santa que muestra la otra mejilla, pero…
No en textos, no en cosas aprendidas de memoria. Es allí
Donde los no mansos resultan herederos de la tierra.

Son los novios de la Escritura, posesivos
Hasta el último punto sumiso. Meticulosos
Guardianes de las anotaciones, caminan sonámbulos ciegos
Hacia todo menos hacia vacío fatal:
Boom por om y… sword (espada) por Word (palabra).
¡Lo que hace falta… se cumple!

X

Ile ghogho nle orisa ee, ile ghogho nle orisa
Ile ghogho nle orisa ee, ile ghogho nle orisa
Enia lo m’prosa w’aiye oo
Ile ghogho nle orisa ee*

Inventa tu dios y forja su voluntad
El hogar de la piedad es el alma
Vengo de la tierra de Ogun donde
Las mujeres siembran y enseñan y curan
Moldean y construyen y cultivan,
A horcajadas en la tierra con fuertes muslos
Se limpian el sudor de las caras francas.
¡Vengo de la tierra de Ogun donde
Las mujeres rechazan el velo, y los hombres
Y la tierra se alegran!

*Toda la tierra es el hogar de las deidades
Toda la tierra es el hogar de las deidades
Fueron los mortales quienes trajeron los dioses al mundo
Toda la tierra es el hogar de las deidades

XI

Arroja la piedra santurrona
Y deja a la débil belleza despedazada en la plaza
De la vergüenza pública. Este asesinato
Es la roca del pecado, el velo desobediente
El mero destello de un guijarro.

XII

Orunmila! Eleri ipin
Ibekeji Olodumare
Ajeju oogun
Obiriti, Ap’ijo iku da…*

Algunas palabras son toscas, obscenas, indecentes.
Justifican la censura, palabras como
Pagano, bárbaro, infiel, incrédulo, kafiri, etc.
El clérigo jura que despejará de las calles
Los impuros, armado con el Libro y la Barba. Ambos
Se vuelven astillas, pero derriban las leyes de la física.
Pues el fuego destruye todo menos al incendiario. Vive
Para predicar otro día. La prometida bestia
Del Apocalipsis me dejó descreído
Hasta que un clérigo farragoso decretó la muerte en CNN
— ¡Claro, ese instrumento del diablo— de Taslim Nazreem.
Ella escribió sobre un Dios nivelador, andrógino,
Que trata, ambidextro, con la Izquierda y la Derecha.

*Orunmila, Mano que asigna el Destino
Inferior solo a la Deidad Suprema
Aquella que se traga la potencia de las hierbas
Inmensa, que desvías el día de la muerte

XIII

…y un treceavo para los meramente supersticiosos.
Este treceavo cántico para ti, y que
La mala suerte infeste tus sueños por un tiempo, recalque tus temores.
No uno sino dos: el martes y el trece

Se unieron para presionar la entrada de mi mundo
A tu calendario. ¡Si pudiera ufanarme
De un triple seis, un gran slam según cuenta de Satán…
Desde hacía mucho habría sumergido el mundo
En un risa cósmica!

Traducción de Nicolás Suescún


Breve Reseña

Wole Soyinka nació en Abeokuta, Nigeria, el 13 de julio de 1934. Dramaturgo, poeta, novelista, crítico, catedrático, conferencista, actor, traductor, editor y activista político. En 1986 se convirtió en el primer escritor africano y en el primer escritor negro en recibir el Premio Nóbel de Literatura. Durante su estadía en Inglaterra, fue libretista, actor y director en el Teatro de la Corte Real en Londres. En 1960 fundó la Compañía de teatro Masks y en 1964 fundó la Compañía de Teatro Orisun. En los años 60’s, durante la guerra civil en Nigeria estuvo preso dos años. Libros de poesía: Idanre y otros poemas, 1967; Poemas desde la prisión, 1969; A Shuttle in the Crypt, 1972 y Ogun Abibiman, The long poem, 1976. Entre sus novelas, se destaca, Los intérpretes, 1965. Obras filosóficas: Los Habitantes del Pantano; La Casta Fuerte, 1963; El Camino, 1965. Piezas teatrales: Death and the King´s Horseman, 1975; Kongi’s Harvest, 1967; The Lion and the Jewel, 1964; The Trials of Brother Jero, 1964; The Bacchae of Euripides, 1973; Opera Wonyosi, 1977; A Play of Giants, 1985; y Requiem for a Futurologist, 1985.

ANTJIE KROG - SURÁFRICA


PAÍS DE DOLOR Y DE GRACIA

(b)
en el principio está ver
ver por largo tiempo
llenando la cabeza de ceniza
sin aire
sin asidero
ahora al ver se añade el habla
y los ojos se hunden en las heridas de la ira
cogiendo el surgimiento del lenguaje por su suave cráneo desnudo
oigan ah oigan
las voces todas las voces de la tierra
todas bautizadas con sílabas de sangre y perteneciendo
este país pertenece a las voces de sus habitantes
este paisaje se extiende a los pies por fin
de las historias sobre el azafrán y el ámbar
cabello de ángeles y púas
rocío y heno y dolor

(c)
sin habla estoy
de dónde vendrán las palabras ahora?
para nosotros los hacedores
los vacilantes
los que colgamos vibrando y enfermos
de este espacio sin sonidos el pasado Afrikaner?
qué dice uno?
qué diablos hace uno
con esta carga de esqueletos sin corona orígenes, vergüenza y ceniza
el país de mi conciencia
está desapareciendo como una sábana en la oscuridad

(g)
este cuerpo desprovisto
esta garganta ciega torturada

el precio de este país es la muerte
es el tamaño de un corazón

el dolor viene tan solitario
como las voces de los angustiados se ahogan en el viento

tu no te acuestas
tu abres una trocha con lentos pasos tristes
tu me dejas suelta

en la luz — más hermosa ligera y valiente que la canción
puedo sostenerte hermana mía
en este cálido frágil despliegue de la palabra humana


DESDE QUE NOSOTROS

desde que empezamos a andar
por este camino los lirios
florecieron del todo los globos oculares
quietos y abandonados
de los azul claros las afelpadas
paletas dobladas de la fila púrpura desde

que empezamos a andar por este camino
la hierba ahora jadeaba semillas
los ranúnculos han dejado caer
sus hojas como uñas cortadas
la bata de baño de la camelia
entre los cedros se secó y cayó

de las ramas desde que empezamos
a andar por este camino las duras
colas de caballo de las glicinas
se desprestigiaron la caída de agua
de las banksias terminó su salto mortal desde

que empezamos a andar por este camino
volvieron las golondrinas y podemos
oler el jazmín desde su
yugular la nieve
de las montañas se derritió
desde que empezamos un hombre cayó

hacia atrás en todo este aire
que respiramos es el aire

de todo este mundo el cielo
abrumado en escritos sobre
el dolor al atardecer nos volvemos
oscuros de habla al traducir

la desintegración nuestros
talones huelen a algo mortal pero
dios qué fuertes se han vuelto nuestros
muslos desde que empezamos a andar
por este camino qué feroz qué salvaje
nuestra filigrana al batir de terror el corazón


NI LA FAMILIA NI LOS AMIGOS

esta noche todo habla a través de los muertos
hacia mí
su quebradizo montón de huesos
mi amado por más tiempo amado
yace solitario añorante acunado en alguna parte perdido
y enjuto
estoy abrumadoramente despierta esta noche
de mí tan poco ha llegado a existir
tú eras todo lo que tenía en este mundo
amado mortal
solo y frío está detrás de mis costillas
África me hizo darlo todo
está tan oscuro
está tan inhóspito

suave amado bromista
de mí tan poco ha llegado a existir
ya no me queda
sino mi última piel


PATERNÓSTER

Estoy parada sobre una roca enorme en Paternoster

el mar golpea franjas de espuma verde clara

en el aire

valiente

miro fijamente cada puñetera ola

en las tripas al romper

la roca tiembla bajo las plantas de mis pies

los músculos de mis muslos se abultan

mi pelvis abandona su resignada adquirida inclinación

qué diablos! yo soy roca soy piedra soy duna

mis tetas hacen un claro silbido de tetera de cobre

mis manos agarran Moordbaai y Bekbaai

mis brazos se lanzan extáticos más allá de mi cabeza

yo soy

yo soy

dios me oye

una jodida mujer libre




Traducciones de Nicolás Suescún


BREVE RESEÑA

Antjie Krog Kroonstad, Suráfrica, 1952. Poeta, filósofa, periodista, profesora, conferenciante y editora. Durante los años 80 trabajó activamente en el movimiento anti-Apartheid. Ha publicado ocho volúmenes de poesía en afrikaans. Algunos de sus libros de poesía son: Dogter van Jefta, 1970; Januarie Suite, 1972; Mannin, 1974; Beminde Antarktika, 1974; Otter in Bronslaai, 1981; Jerusalemgangers, 1985; Mankepank en ander Monsters, 1989; Lady Anne, 1989; Voëls van anderster vere, 1992; Gedigte, 1989-1995; Down to my Last Skin, 2000; Kleur kom nooit alleen nie, 2000; Met woorde soos met kerse, 2002. Novelas: Account of a Morder, 1997; Lang Pad na Vryheid (traducción de El largo camino a la libertad de Nelson Mandela), 2000.